Hay aspectos de las personas que son fácilmente cuantificables, se puede medir y plasmar esa medida en una cantidad con un margen escaso de error.
Son, por ejemplo:
- La masa corporal.
- La tensión arterial.
- Las cifras de Colesterol en sangre.
- Talla de ropa.
- Número de pie…
Pero otros son difícilmente medibles. Vemos, percibimos, notamos su expresión pero se describen mal en un número, en una cifra. Son, entre otros muchos que se os puedan ocurrir: Bondad, honestidad, egoísmo, vanidad, tenacidad, valentía…e Inteligencia.
También son complejos de definir, poseen una naturaleza que evita la definición, no la favorecen, son relativos y se escurren con facilidad; como en el caso de la energía, no los vemos, lo que notamos son sus efectos sobre nosotros y los demás.
La entrada de hoy trata sobre INTELIGENCIA/S. Aunque no hay acuerdo sobre un concepto universal de lo que es la Inteligencia sí que más o menos se puede decir que es la facultad de aprender, comprender y abstraer conceptos para aplicarlos en la resolución de problemas. ¿Problemas? Bueno, más bien sería situaciones diferentes que nos va planteando la vida. Aparece algo nuevo y debemos saber gestionarlo.
Una vez descrito lo que podemos llamar INTELIGENCIA, ¿cómo se puede medir, cuantificar, cifrar, valorar...? es y ha sido difícil de hacer.
De todos los cuestionarios creados para medir la inteligencia el más utilizado ha sido el cociente intelectual (IQ), sus resultados se evalúan según la escala de inteligencia de adultos de Weschler de 1955. En 90 minutos se aplica una batería de preguntas que analizan la comprensión, el vocabulario y la capacidad aritmética. Tener una mejor o peor calificación se asociaba, hasta ahora, con un mayor o menos éxito en los estudios y trabajo. Esto ha llevado a una desafortunada confusión entre cociente intelectual e inteligencia.
Howard Gardner ,premio Príncipe de Asturias 2011, introdujo con su obra “Estructuras de la Mente” (Fondo de Cultura Económica, 1997) la teoría de las Inteligencia Múltiples .Ha descrito en ella ocho, sí ocho tipos de Inteligencia y últimamente propone una novena( la espiritual)..
Vamos a describir un poco cada una de las inteligencias de las que habla Gardner y veremos cómo son ciertas; cada uno destacamos o tenemos más marcadas unas, o una que otras u otras, todas son especiales, no únicamente la verbal o la matemática como hasta ahora. Ha habido bastantes personas totalmente marcadas por confundir cociente intelectual con inteligencia y que han sido profundamente desgraciadas en su etapa escolar y, más tarde, adulta por ello. La escuela ha ignorado a estos alumnos y considerado que la capacidad de empatía, el movimiento, la observación de la naturaleza, el dibujo, la música…no eran prototipo alguno de inteligencia sino más bien, disciplinas superfluas y, no digamos la creatividad en cualquier faceta y la imaginación.
Las ocho descritas por Gardner son:
- Inteligencia verbal-lingüística.
- Inteligencia lógico-matemática.
- Inteligencia corporal-kinestésica.
- Inteligencia naturalista.
- Inteligencia visual-espacial.
- Inteligencia musical-rítmica.
- Inteligencia intrapersonal
- Inteligencia interpersonal
Últimamente ha comenzado a describir un noveno tipo de inteligencia, la espiritual.
Partimos de que todos poseemos cada una de las inteligencias nombradas cuando somos niños, pero difieren en el grado en que se manifestarán y desarrollarán si pueden. Esto se produce por dos factores: herencia y ambiente. La riqueza de las experiencias educativas es fundamental para el desarrollo y configuración de intereses y habilidades de cada persona.
La inteligencia de los seres humanos tiene, creo, tres características: es interactiva, dinámica y moldeable.
Nacemos con cinco sentidos pero la sociedad y por supuesto la escuela, hasta ahora solo ha fomentado mayoritariamente dos de ellos: la vista y el oído, pero cuando aprendemos algo todos nuestros sentidos están alerta y es típico que unos sean más efectivos que otros a la hora de filtrar, retener y procesar la información, se trata de fomentarlos.
Aprendemos utilizando, aun sin saberlo, un estilo de aprendizaje siendo esto el modo en que un individuo aprende a concentrarse, procesar y retener una información nueva y difícil. Todos hemos comprobado que nos concentramos mejor y resolvemos situaciones de un modo más rápido y eficaz si realizamos algún rito, por ejemplo: dibujamos, escuchamos música, nos movemos, hablamos en alto, susurramos, etc...¿A qué sí? Pues todas estas acciones se enmarcan en lo que se denomina estilo de aprendizaje y hay, fundamentalmente, tres:
- Kinestésico-tactil (moverse, tocar, agarrar, moldear...)
- Visual (observar, mirar, contemplar, demostrar…)
- Auditivo (discutir, subrayar, preguntar, responder, debatir, explicar...)
Los estilos de aprendizaje anteriores, predominan unos sobre otros, pero no se eliminan o excluyen. Incluso puede suceder que todos funcionen en la misma medida y al mismo tiempo. Observándonos podremos conocernos, es decir, a veces nos hemos tildado de nerviosos y lo que ocurre es que nuestro estilo de aprendizaje es kinestésico, otras que somos tímidos y es que nuestro estilo de aprendizaje es auditivo... etc.
Bueno, nos hemos introducido en el maravilloso mundo de las inteligencias...
En la próxima entrada comenzaremos a describir algo los diferentes tipos de inteligencia...
SALUDOS.
CARMEN FABRE
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