.“Quieres que un físico hable en tu funeral. Quieres que le hable a tu familia que sufre, acerca de la conservación de la energía, para que puedan entender que tu energía no ha muerto. Quieres que el físico le recuerde a tu madre desvastada, acerca de la primera ley de la Termodinámica: Que no hay una energía que se cree en el universo, ni tampoco una que se destruya. Quieres que tu madre sepa que toda tu energía, cada vibración, cada unidad de calor y onda energética de cada particula de su hijo amado se mantiene con ella en este mundo.
Quieres que el físico le cuente a tu padre, que dentro de la
energía del cosmos, fuiste lo mejor que podías ser.
Y en algún momento te gustaría, que el físico bajara del
púlpito y se acercara a tu esposa y le dijera que todos los fotones que alguna
vez salieron de tu cara en una danza, todas las partículas cuyos caminos fueron
interrumpidos por tu sonrisa, por el tacto de tu pelo, ciento de trillones de
partículas, se han disparado como niños, sus formas cambiadas para siempre por
ti.
Y mientras tu viuda se consuela en los brazos de algún ser
amado, ojalá que el físico pueda recordarle que esos fotones que salieron de tu
cara, fueron recogidos en el detector de partículas que son sus ojos, y que
esos fotones creados en constelaciones de neuronas cargadas
electromagnéticamente, seguirán ahí para siempre.
Y el físico recordará a la gente ahí reunida, cuánto de toda
nuestra energía se transmite en calor. Y
les dirá que ese calor que salió de ti en vida, sigue estando allí, sigue
siendo parte de todo lo que somos, incluso en los que estamos sufriendo tu
partida, para seguir después, en el calor de nuestras propias vidas.
Y vas a querer que el físico le explique a los que te
quisieron que todo esto no es cuestión de fe, sino algo que se puede medir. Que
los científicos han podido medir con precision la conservación de energía y
comprobaron que es precisa, consistente
y verificable, a través del espacio y del tiempo.
Entonces desearás que tu familia examine la evidencia y
quede satisfecha con esto que ha probado la ciencia, para quedar reconfortada
en la certeza de que tu energía todavía está aquí.
De acuerdo a la ley de la conservación de la energía, nada
de ti se ha ido.
Es simplemente es que estás de manera menos ordenada. . .."
AARON FREEMAN
"Nada de ti se ha ido. Es, simplemente, que estás de otra manera menos ordenada"...
ResponderEliminarEs una explicación tan clara...
Creo que me da igual que en mi funeral hable un físico o un sacerdote, al final va a resultar que los dos dicen lo mismo: no me he ido, lo que ocurre es que estoy de otra manera. Para el físico, en forma menos organizada de energía; para el sacerdote, en forma de alma inmortal.
Porque "alma inmortal" igual es otra forma de llamar a esa energía que se conserva y no se destruye y que se desorganiza un poco cuando me muero.
¿Cabría la posibilidad de que ambos estuvieran hablando de lo mismo pero llamándolo de diferente manera?
:-)
Me da igual, la verdad. Yo para mi funeral solo quiero que se reúnan mis familiares, mis amigos (en resumen, las personas que me quisieron en vida) y se vayan a tomar unas cañas a mi salud y, por favor, que se rían mucho acordándose de los ratos más divertidos que hemos pasado juntos.
Y que inviten al físico y al sacerdote.
:-)
Un abrazo enorme, Carmen.
Desde este puerto, esperando la barca de oro hace ya algún tiempo, sin prisa, esta entrada tuya me tienta a escribir, a escribir mucho.
ResponderEliminarPero me tomarían por más loco de lo que ya me toman. Así que mejor ser prudente.
Una hermosa entrada, pura ciencia y sensibilidad. Ciencia ortodoxa, eso sí. Ese ser que somos cada uno se ha forjado una maquinaria muy sofisticada para residir. Lo único malo es que es perecedera. ¿O somos porque existe la máquina?. ¿Qué delimita el ser que somos de la máquina que nos mueve?.
Ahora recuerdo aquella entrada tuya del "Gen Egoista". Muy buena también.
Pero no, yo quería decir que no me creo eso del desorden, por más que, como sabes, sea más amante del 2º principio de la Termodinámica que del primero.
¿Así que, tras el cese de funciones del cuerpo, nos desorganizamos?. O sea que pasamos, por tanto, a una forma de energía de menor cualificación, como sucede con la modificación de las energías en la naturaleza. Menos... ¿aprovechable?.
Hummmm... Yo me inclino por que no. Pero como tampoco lo puedo demostrar, solo te diré que me parece una bella entrada.
Otro blog donde recalar de vez en cuando. Un registro tan distinto como seductor. Cuando la ciencia se hace literatura. No faltaré.
ResponderEliminarOtro puerto donde recalar mi barco, un puerto donde la ciencia es literatura, una literatura para reflexionar y gozar. Seguiré navegando por esos mares. Un cordial saludo.
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS JOSEP, COLEGA..
ResponderEliminarUN ABRAZO.